Aiguas Blancas Playas de Ibiza

Playa de Aiguas Blancas Ibiza

Aiguas Blancas Playas de Ibiza

La playa de Aiguas Blancas, cuyo nombre original es Es Paller des Camp, pasa por ser una de las playas más bonitas de Ibiza, que más fama están tomando últimamente. Y no es que sea mala playa, todo lo contrario. Nos parece un buen lugar para tomar el sol. Pero presenta varios inconvenientes que conviene tener en cuenta antes de decidirse a pasar el día en este bello arenal.

La llegada a Aiguas Blancas

La playa se encuentra en un tramo costero que comparte las vistas con la Cala de San Vicente, y la arena con la playa de Es Figueral. De esta última sólo un tramo rocoso e inaccesible la separa. Sin embargo, y pese a ser la misma arena, los caminos a recorrer, y sobre todo, el acceso, difieren bastante.

Para llegar, deberemos atravesar Santa Eulalia y continuar en dirección a Sant Carlos, al norte de la isla. Al llegar a este remanso de tranquilidad cruzamos su calle principal y salimos en dirección a la Cala de San Vicente. A unos tres kilómetros, bien indicado, encontramos el desvío que nos lleva a Aiguas Blancas.

Encontramos un aparcamiento privado a tres euros, aunque también hay zonas para poder aparcar pero claro, algo saturadas. Tras coger las mochilas tomamos la salida del aparcamiento y empezamos un suave descenso.

El suave descenso termina con una cuesta aún más empinada y unas escaleras de acceso a la playa. Ya nos queda claro que no debemos cansarnos mucho, pues a la vuelta vamos a necesitar las piernas frescas.

En mitad del tramo de escaleras podemos parar tomar algo en un chiringuito un tanto «fashion».  Yo aproveché para comprar unos refrescos. Parece que la tarifa estándar son tres euros, aunque todavía no sé si me cobraron la lata y me regalaron la pajita o me cobraron la pajita y me regalaron la lata. Destino final, la arena de Aiguas Blancas.

Que encontraremos en Aiguas Blancas.

Nada más pisar la playa, comprobamos que la arena es muy gruesa, producto de la erosión de la costa. El espacio donde colocar la toalla es mínimo, y en algunas zonas hay que mojarse para poder continuar el camino.

La playa es una continuación de acantilados que entran y salen del mar, dejando lagunas de arena que los bañistas se reparten. Elegimos un tramo deshabitado con unas rocas bajas a la espalda. Un lugar idóneo para colocar todo lo que no queremos que se llene de arena.

En la zona principal, delante de las escaleras, podemos alquilar hamacas y sombrillas. El resto de la playa queda reservado a las toallas y, si queremos sombra, podemos utilizar la que nos proporcionan las propias rocas.

Explorando Aiguas Blancas, descubrimos que el tramo que discurre a la derecha termina en una amplia franja arenosa. Aunque escondida a la vista del gran público, cuenta con otro chiringuito. También llama la atención una roca emergente a unos cien metros donde los bañistas, provistos de gafas de buceo, pasan un buen rato. Algún imprudente también decide subirse a la roca.

Sin embargo, el principal atractivo de la playa se encuentra a la izquierda. Son numerosos los reportajes que han nombrado el lugar por el lodo que se extrae de un agujero en el acantilado. Las propiedades purificadoras que se le atribuyen no han sido demostradas que sepamos, pero la gente aprovecha para practicar el nudismo y embadurnarse hasta las pestañas.

Un poco más adelante, y tras atravesar una zona de rocas desprendidas, la playa continúa casi solitaria. Y hablamos de agosto. Aunque sin un calzado adecuado, no le recomendamos atravesar la zona.

Hora de zambullirse. En Aiguas Blancas el agua no es blanca, es cristalina, pese a que el viento sopla fuerte y el mar está un poco agitado. Aquí no hay donde protegerse del aire, así que mejor usar una buena crema solar. Hemos traído un poco de pan para ver si algún pez se nos acercaba. No es que se acerquen, es que te quitan el pan de las manos. El lecho marino es muy suave y disfrutar de las especies marinas, muy abundantes, resulta un auténtico placer para los amantes de esta práctica. Un día, en inverno y sin viento, volveremos a tirar las cañas.

Al atardecer, el sol desaparece antes por encima de los acantilados y los tramos donde se une con la arena se ven colapsados por las toallas. Todas, salvo la zona ocupada por las hamacas.

Llegada la hora de la vuelta, nos acordamos de la dichosa cuesta, que esta vez toca subir. Demasiado para gente sin las piernas en buenas condiciones. Para ellos, mejor la playa de Es Figueral, con más servicios, arena y menos cuestas.

Dejamos Aiguas Blancas con el sol de frente y con la sensación de haber estado durante unas horas, en alguna playa alejada de la civilización.

1 comentario en “Playa de Aiguas Blancas Ibiza”

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