San Lorenzo. Sant Llorenç de Balafia

San Lorenzo. Sant Llorenç de Balafia. Ibiza

San Lorenzo. Sant Llorenç de Balafia

Nos gusta aprovechar los fines de semana soleados que nos depara la primavera para dar una vuelta por las Ibizas más profundas. A Sant Llorenç de Balafia, más conocida como San Lorenzo, llegamos uno de estos domingos, por la mañana, cuando el sol empieza a calentar. Lo bonito de esta época no es sólo el campo florido. Antes de la llegada del calor y los turistas, los pueblos comienzan a despertar del letargo y, sus gentes, mantienen esa calma que tanto se añora en las capitales. La vida no deja de ser una perfecta armonía y, como el cura da misa, es el único momento que el núcleo rural, de gran valor arqueológico por la presencia de torres árabes, toma vida.

Como llegar a San Lorenzo

Sant Llorenç de Balafia se encuentra ubicado en pleno centro de la Ibiza profunda. Sin salida al mar, ajena al turismo playero, limita al norte con Sant Joan, al oeste con Sant Miquel y Santa Gertrudis y al este con Sant Carles y Santa Eulalia. Desde cualquiera de estos destinos, es posible acceder a la iglesia, kilómetro cero de la población, aunque ni de lejos, su núcleo urbano.

Sin embargo, el acceso más fácil se produce a través de la carretera que une Ibiza con Sant Joan, y que recorre la isla de sur a norte. El primer tramo desde la salida de Ibiza coincide con la carretera de Santa Eulalia, por lo que deberemos tomar esta carretera en las afueras de la ciudad. A unos ocho kilómetros, encontramos el desvío que nos conduce hasta Sant Joan. A partir de aquí la carretera deja de ser tan amigable, y pasamos por unos tramos que obligan a reducir la velocidad. Los pasajeros se lo van a agradecer, pues las vistas a los campos cultivados con las colinas de fondo invitan al paseo.

Dejamos a un lado la vecina y tranquila Santa Gertrudis y continuamos el recorrido hasta casi llegar a Sant Joan. En un desvío a la izquierda encontramos la carretera que une esta población con Sant Miquel. Por primera vez podemos leer un cartel indicando la proximidad de San Lorenzo. La paz aquí es absoluta. Un tramo recto para llegar a nuestro destino final desde el que podemos ver la ladera sobre la que descansa la iglesia. Todo el núcleo rural nos queda a la derecha. Tan sólo queda girar para contemplar siglos de historia reducidos a unos cuantos cientos de metros.

Que encontraremos en Sant Llorenç de Balafia.

A vista de pájaro, San Lorenzo es una pequeña colmena de tierras de labranza. La iglesia marca un punto de inflexión en el paisaje, donde junto a cuatro casas, da paso al monte y al pinar del Mediterráneo. Una estampa que domina la comarca desde finales del siglo XVIII en que se inició su construcción. Pequeña, coqueta y encalada, llama la atención su porche, típico lugar de reunión y cortejo, con una única puerta de acceso. El campanario domina un pequeño, minúsculo cementerio. Una última sorpresa nos espera al dar la vuelta al edificio. Una torre de adobe descubierta, muy propia de las iglesias del norte de la isla, nos recuerda tiempos pasados. San Lorenzo es uno de los pequeños rincones de Ibiza donde la fiesta, el diez de agosto, toma otro sentido.

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