Nos acercamos a la costa norte de Ibiza, en la zona de Portinatx, para descubrir la torre de Portinatx, una torre de defensa del siglo dieciocho. Estas torres se distribuyen a través de toda la costa ibicenca y formaban parte de un sistema de protección costera contra los ataques de los corsarios otomanos. Fueron mandadas a construir por Carlos III, que combatió a los piratas berberiscos que dominaban el Mediterráneo y que llegaban desde Túnez y Marruecos asolando las costas y barcos europeos.
Como llegar a la torre de Portinatx.
Llegamos a esta torre después de pasar por Sant Joan y disfrutar de su iglesia y su tranquilidad. De aquí partimos hacia el norte buscando la cala de Portinatx. Aunque se puede llegar a través de la Cala Sant Vicent, el camino más corto lo encontramos atravesando hacia el norte en dirección a cala Xarraca. En el camino encontramos un mirador a nuestra izquierda donde podemos empezar a contemplar la belleza de la costa. Eso sí. Si paran, tengan cuidado al incorporarse de nuevo a la carretera.
Siguiendo nuestra ruta, alcanzamos la Cala de Portinatx para darnos cuenta de que nos hemos pasado en nuestro camino. Sin embargo, ya podemos ver la torre en la distancia. Se eleva sobre una entrada de la tierra al mar. Un punto estratégico desde el que se divisa una gran porción de costa. Volvemos sobre nuestros pasos hasta encontrar un desvío que no indica la dirección a la torre de Portinatx, sino a restaurantes y zonas hoteleras. Como es el único camino en la zona, lo tomamos y nos dirigimos hasta los pies de un camino de tierra. La carretera continúa, pero un vallado impide cruzar hasta la torre. Seguimos andando unos cien metros para encontrarnos los restos de esta construcción.
Una torre como emblema del turismo en Ibiza.
El aspecto de cono truncado es típico de estas construcciones. En la planta baja, con algunos escombros, encontramos la puerta de acceso al polvorín. Junto a ésta, algo más elevada, la entrada a la torre. Una curiosa cavidad con forma de tubo de chimenea se eleva sobre la puerta. Desde lo alto de la torre, la visibilidad, y la línea de fuego es completa. Además, un característico saliente frente a ella permite proteger al fusilero mientras dispara. Pero ahora corren tiempos de paz, así que desde la puerta, encontramos una visibilidad perfecta sobre la playa de Portinatx.
Esta torre nunca llegó a armarse con cañones. Su misión quedó relegada a la vigilancia. Se puede apreciar si caminamos un poco más adelante, sin acercarnos demasiado a los precipicios. Nuevamente la costa, hasta el horizonte, queda a la vista. La misma que han tenido durante siglos los vigías de la Torre de Portinatx, un icono del turismo en Ibiza
