Las cuevas del Puerto de Sant Miquel son conocidas como las cuevas de Can Marçà. Aunque están explotadas por una empresa privada y no aparecen en los lugares recomendados por los organismos oficiales, estas cuevas son uno de los mayores descubrimientos geológicos de la isla.

Para llegar a la cueva deberemos tomar la dirección al puerto de Sant Miquel, y al llegar al Club San Miguel, tomamos la carretera a la derecha que sube hacia la cima. Tras aparcar podremos dirigirnos a la entrada de las cuevas. Desde allí podremos contemplar el puerto de Sant Miquel desde el mirador, y la Isla Murada, donde se encuentra una lagartija única en su especie. Además podremos encontrar una de las islas más lujosas y caras del mundo, tras pasar la playa de es Pas de S’Illa.

Volviendo a la cueva, el acceso se realiza mediante visita guiada a través de un camino labrado en la roca. El acceso da unas vistas espectaculares del acantilado sobre el que se sitúa. Ya en la cueva, de mas de cien mil años de antigüedad, nos encontramos un universo de estalactitas y agua. Algunas de estas zonas, ya fosilizadas ofrecen un espectáculo impresionante de cientos de dientes surgiendo del techo. Muchos tramos de la cueva están inexplorados debido a la estrechez de las aberturas.

En algunas zonas podremos ver pintadas en las paredes. Estas pintadas eran usadas por los contrabandistas para encontrar rutas alternativas de salida de la cueva cuando se producía algún registro. Las mercancías se izaban desde el mar a una salida fabricada hacia el exterior.

Por último destacar el espectáculo de la cascada artificial, con espectáculo audiovisual incluido, y las lagunas naturales iluminadas, que impresionan al espectador.