Situada en pleno casco histórico de Sant Antoni, a escasos metros del Passeig de ses Fonts, encontramos la iglesia de Sant Antoni. Resulta cuando menos llamativo el contraste entre el bullicio urbano y la tranquilidad que se respira junto a la iglesia.
Acceso a la iglesia
El acceso es bien sencillo, aunque mucho más agradable a pie que en coche. En medio del paseo de Ses Fonts encontramos una calle que asciende, y con poco tráfico. Dos esquinas más adelante encontramos el lateral de la iglesia y la parte posterior. Los muros altos y de ladrillo visto nos dan una idea de la importancia de este edificio histórico.
La iglesia-fortificación fecha su construcción en el siglo catorce. Tiene un papel fundamental a lo largo de los primeros siglos como lugar de refugio y defensa de la bahía de Sant Antoni. Si nos fijamos en la cara posterior de la iglesia, la que menos modificaciones ha sufrido, se aprecian los pequeños ventanales destinados a la salvaguarda.
Tres siglos más tarde, la iglesia sufre la primera transformación importante. A la nave principal, con puerta lateral y torre defensiva, se le une un espléndido patio con arcos a la entrada. Los dos arcos servían de soporte a los portones, hoy en día sustituidos por un enrejado. Dentro del patio también podemos encontrar dos porches, típicos en las iglesias de Ibiza. En uno de ellos nos recibe una antigua pica de bautismo.
Un interior de valor incalculable
Ya en el interior nos espera la nave principal con varios iconos religiosos. El altar está dedicado a San Antonio Abad, cuya figura preside la nave. Dos retablos del siglo dieciocho acompañan a la Virgen del Rocío. La llegada de trabajadores andaluces durante el siglo pasado también trajo sus tradiciones más arraigadas. El simpecado de la hermandad tiene un lugar reservado en este templo de culto y devoción.
Más información en la ficha de la Iglesia de Sant Antoni
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