Niu Blau: secretos de Ibiza
En el camino que une las localidades de Santa Eulália y Es Canar nos vamos a encontrar uno de los tramos de costa más prolíficos en playa de toda la isla. Niu Blau es uno de estos rincones que merece, y mucho, la pena explorar.
El acceso más cómodo lo encontraremos saliendo de Santa Eulalia. En un desvío bien señalizado en la carretera, a poco más de un kilómetro, accederemos a un camino de tierra. Un poco de suerte para aparcar y la playa queda delante nuestra.
Conociendo Niu blau
Una playa por cierto bastante atípica. No creo que sobrepase los cien metros de largo aunque es muy ancha. Si por un extremo vemos una pequeña urbanización, por el otro, el que apunta al Este, nos topamos con un pequeño entrante de mar que hace las veces de refugio para algunas barcas. En esta zona la profundidad de la playa es escasa formando una especie de barrera de aspecto coralino a la entrada. Puedes andar sobre ella con calzado adecuado (yo he disfrutado como un niño).
Hasta aquí no deja de ser una playa más. Pero podemos pasear tranquilamente por los alrededores, dónde el espectáculo visual es sorprendente. Durante un buen tramo podremos ver, entre pinares y matorrales bajos, una amplia perspectiva de Niu Blau. El terreno se eleva un poco y el sendero gira bruscamente. Aquí hay que tener un poco más de cuidado pues la anchura del camino, sin ser preocupante, nos acerca a un pequeño acantilado. Ya falta menos.
Senderismo en Niu Blau
El camino se ensancha y nos aparecen dos calitas. Toda la costa ibicenca presenta calas que nos llevarían semanas descubrir. Por regla general encontraremos algún varadero pero la mayoría se presentan vírgenes y desconocidas para el gran público. Para mí, es uno de los mayores atractivos que presenta Ibiza. Pero volvamos a estas calitas. Aquí no hay chiringuitos, ni sombrillas, ni siquiera un bar cerca. La primera de las calas tiene un acceso con escaleras. El lugar es perfecto para tomar el sol sin tocar la arena.
La segunda cala tiene un pequeño varadero con otro acceso por escalera bastante empinado. Aunque el suelo es rocoso fruto de la composición dura de la costa, la calidad y transparencia del agua te invitan al baño. No hay mucho sitio donde tumbarse pero la intimidad desde luego es casi absoluta.
Si nos apetece, el camino continúa hasta llegar a cala Pada. No es una distancia muy larga para pasear. La costa va a depararnos nuevas sorpresas que contaremos en otra ocasión.
Podrás encontrar información más completa en nuestra ficha de Niu Blau