Podría considerarse como uno de los mayores humedales que podemos encontrar en Ibiza. Es Broll de Buscastell está formado por un pequeño manantial de agua que brota de entre montañas, y deja, a través de un sistema de acequias, un valle verde y húmedo. Una auténtica explosión de naturaleza difícil de encontrar.

Llegar a Es Broll de Buscastell no es tarea fácil. Para encontrarlo, lo primero, es no dejarnos llevar por el GPS. El acceso por la zona oeste se encuentra cerrado aunque nuestro navegador indica lo contrario. Dicho esto, el único acceso al público lo encontramos en la carretera de Santa Agnes a Sant Mateu. Una indicación hacia el sur nos permitirá llegar cómodamente hasta el valle.

Llevando el mapa, el GPS y las coordenadas, podremos llegar al valle. Pero la carretera sólo es el principio del recorrido. Si continuamos  en cada parada escuchamos el sonido el agua pasando de una acequia a otra. Cruzamos todo el valle y diversos sistemas de regadío cruzan el agua a un lado y otro de la carretera. Por el camino, molinos de agua, fuentes improvisadas y pequeñas cataratas improvisadas por la pendiente.

De vuelta a nuestro punto de partida, encontramos un valle cubierto de sembrados y, en algunos tramos sin cultivar, hierba muy alta con curiosos dibujos realizados por el paso de pequeños animales. En el punto marcado en el mapa, Un sendero en mal estado nos conduce a una tronera sin utilidad aparente. A su lado, entre zarzas, nace el manantial que baña el valle. Es Broll de Buscastell, un auténtico paraíso verde.