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Antes de contratar un diseño web en Ibiza

Iba a titular este artículo, “Al César lo que es del César”. Al final lo he cambiado por “Antes de contratar un diseño web en Ibiza”. Cuando compro un artículo, no me gusta tener un único servicio técnico al que llevarlo en caso de reparación. Mucho menos darme cuenta después de la compra que en realidad, ha sido un alquiler, y que nunca será mío.

Existe entre las empresas de programación y diseño web de Ibiza una curiosa práctica. Ofrecen a sus clientes una web a bajo (o alto) costo. Dentro de la “letra pequeña” se suelen incluir elementos como “mantenimiento mensual”, “gestión del dominio”, “alojamiento propio”. En otras empresas nacionales e internacionales, simplemente te indican que podrás tener tu web completamente gratis. En la vida normal de una web empresarial, vas a tener que crecer, realizar cambios, optimizar, posicionar. Evolucionar al fin y al cabo. En ese momento somos los principales protagonistas de “Los problemas crecen”. Lo que en un primer momento pudo parecer una buena inversión se ha convertido en un auténtico caos. La elección de una empresa de diseño web que te ofrezca la libertad necesaria antes, durante y después del proyecto es vital. Lee bien y después no digas que no te avisé.

Qué debe ofrecerte una empresa web antes de contratar:

  • El nombre del dominio. Debe estar a tu nombre. Si entras en utilidades como whois.net el nombre del registrante debe ser el tuyo. El email también. Si no lo es, solicita que lo cambien cuanto antes.
  • El alojamiento o Hosting. Unas pocas empresas en Ibiza ofrecen sus propios servidores. Mala opción. No te van a dejar acceder a los datos de tu web así que para cambiarte de empresa tendrás que negociar con ellos, si quieren. Si contratan el alojamiento por ti, asegúrate de estar también a tu nombre. Si la factura te llega directamente, mucho mejor.
  • Código libre. Algunas empresas utilizan sistemas de programación propios. Está bien siempre que alguien más pueda acceder a los códigos y cambiarlos. ¿Qué ocurriría si la empresa cierra? Pues que has condenado tu web.
  • Rapidez de respuesta. Un mes puede ser un tiempo prudencial para incorporar un nuevo elemento programado. Para cambiar un menú o una imagen es un tiempo demencial. Más de tres meses es pura dejadez.
  • Modificaciones. Si necesitas una programación especial, tendrás que pagarla. Pero tendrán que hacértela. Algunos diseñadores llegan hasta un cierto nivel de programación. Después te dicen que eso no es posible y que te busques un programador (así de veces). Suena a broma.

Qué no debe ofrecerte una empresa web en el contrato:

  • Mantenimiento mensual. ¿Le vas a quitar el polvo o dar un baño? ¿Le falla la bujía o le revisas el aceite? Una web debe ser estable al entrar en funcionamiento. En algunos sistemas (había una vez..) se utilizaban para limpiar bases de datos. Hoy día una web se mantiene absolutamente sola. Hay contratos en los que te proponen un número de cambios determinado o unas horas de trabajo mensuales. Si no utilizas estos recursos, los pierdes. Si los pides todos juntos, te cobran un extra.
  • “Crea tu propia web” Muy publicitado. Puede parecer un ahorro extraordinario si lo comparas con un desarrollo propio. Pero, ¿y si necesitas realizar algún cambio (algo que viene de la mano con una web)? En algunos sitios no puedes. En otros te hacen un presupuesto. Pues he visto alguno de estos presupuestos para realizar “cambios” sencillitos. Me mareo cada vez que lo recuerdo.
  • Paquetes conjuntos. Dominio, hosting y web. Un dominio tiene un precio fijo. Un hosting puede variar. Pero ambos se pagan anualmente. En los paquetes conjuntos acabas pagando los tres anualmente. Acabas de hacer un leasing. Igual no es lo que esperabas.

¿Qué problemas puede ocasionarme este tipo de contratos?

Cuando el nombre del dominio no es tuyo:

El dominio es propiedad del titular que no eres tú. Si no te quieren trasladar el dominio tendrás que utilizar otro dominio disponible, entrar en juzgados o recomprar el dominio a precio de oro.

Cuando no tienes acceso al alojamiento o hosting:

Si la empresa no te da acceso no podrás contratar ningún servicio externo. Tampoco podrás mover tus datos a otro servidor. Hay varias formas de recuperar datos pero será un gasto extra innecesario y aun así, habrás perdido la programación.

Cuando el código no es libre:

Para realizar cambios necesitarás el código original, y está en su poder. La entrega de estos códigos puede suponer un grave riesgo de seguridad para el resto de sus clientes así que no importa que insistas, no te los darán.

Cuando los tiempos de respuesta son excesivos, demasiado caros o inasumibles por la empresa:

Pues puedes tener los tres problemas anteriores. El resultado final es una nueva web.

No te estoy entendiendo. ¿Puedes ponerme un ejemplo?

No. Te voy a poner dos.

Una empresa contrata una tienda online realizada en Magento (una de las muchas utilidades disponibles) y basada en una plantilla comercial. Las plantillas son una buena opción siempre y cuando las optimices para SEO. El diseñador es capaz de cambiar colores y contenidos. Pero cuando se deciden a realizar un rediseño, se acabaron los conocimientos.  Cuando comienzo el proyecto, tengo acceso al panel de control. Puedo cambiar opciones. Pero no hay forma de entrar al alojamiento para realizar cambios en la estructura de la web. El propietario del alojamiento está ilocalizable. Por suerte, el dominio es del cliente. Hay que hace copia de todos los datos y licencias, contratar un alojamiento nuevo y realizar la web de nuevo al completo. Algo que iba a llevar unas horas se ha convertido en un trabajo de semanas. Por cierto, ahora ocupa el primer puesto en el principal buscador para su sector.

El segundo caso es mucho más reciente. Un cliente contrata un servicio web fuera de la isla. Siempre recomiendo que mires una empresa de diseño en Ibiza. La comunicación visual tiene mucho que decir. Con el tiempo el diseñador cada vez tarda más en realizar cambios. También comenta que el posicionamiento tardará más de un año en comenzar a dar sus frutos. Cuando me llega el proyecto, comienzo un pequeño estudio. La web incumple casi todos los estándares básicos de posicionamiento. Esto no va a tardar un año. Esto es imposible de posicionar sin retocar mucho código. El dominio y el alojamiento no son de su propiedad. Ahora puede ocurrir que el diseñador se niegue a darme los códigos de acceso. Yo tampoco garantizaría una web donde mete mano otro, las cosas como son.

El flujo de trabajo va a ser complicado. Yo doy directrices al cliente. El cliente al diseñador. Lo reviso y mando correcciones al cliente. Éste al diseñador.  Hay más de cincuenta cambios por hacer. Lo que puede llevar una mañana de trabajo se va a convertir, de nuevo, en un trabajo titánico y poco gratificante para todos. Del precio final sumando ambos trabajos, hablamos otro día.

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