Museo Puget Ibiza

Museo Puget Ibiza en el siglo XX

Museo Puget Ibiza

En la ciudad alta (Dalt Vila) nace en 2007, gracias a la colaboración entre el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Eivissa, y sobretodo, por la donación de Narcís Puget Riquer al estado, el Museo Puget. Gracias a la generosidad este último, podemos tener una amplia visión de las distintas Ibizas que se vivieron a lo largo del siglo XX.

Llegando al Museo Puget

La llegada al museo se produce a través de la calle de San Ciriaco. Ocupa una posición privilegiada en el recorrido turístico de Dalt Vila al ser el lugar de paso más utilizado para llegar a la plaza de la Catedral, la cima de Ibiza.

Pero si la colocación del Museo Puget es un auténtico lujo, no tiene comparación con la belleza de Can Coma, un antiguo caserío perfectamente reformado y cuya fecha de construcción se estima entre los siglos quince y dieciséis. Si bien la fachada parece tener un punto de modernidad excesivo, el interior es sin lugar a dudas de las imágenes menos conocidas y más bellas que podemos encontrar en Ibiza.

El siglo XX en pinturas

Tras cruzar la puerta descubrimos un patio interior sobre el que cuelga un balcón capaz de contar mil historias. En la planta baja encontramos la recepción, donde preguntamos si podíamos hacer fotos. Podemos siempre que no se publiquen las imágenes de las obras, pues es importante aclarar que ésta es una colección privada y como tal, sujeta a derechos de autor. También podemos encontrar una sala para exposiciones temporales además de otras instalaciones menos relevantes. El edificio cuenta con un sótano destinado a labores propias del museo y, una planta superior, donde se exponen las obras.

Para subir a dicha planta hemos de salir al exterior y subir unos peldaños hasta el balcón. Vivir aquí tuvo que ser un auténtico lujo destinado a las familias más ricas.

Ya en el interior, encontramos una curiosa iluminación de tonos pasteles donde se exponen las obras de ambos autores por separado. En algunas estancias padre e hijo, comparten el espacio.

Empezamos viendo la colección de Narcís Puget Viñas. Yo no soy muy aficionado a la pintura, así que cuando visito una exposición de este tipo suelo dar un paseo sin demasiadas pretensiones. Sin embargo, los óleos que reflejan la vida de la época me llamaron bastante la atención. Son unas pinturas muy coloridas pero lo fascinante es que recuerda momentos que siguen repitiéndose en la Ibiza actual.

Escenas de playas y fiestas populares parecen no haber entendido el paso del tiempo.  Algunos manuscritos daban por completada la obra.
Cuando llegamos a Narcís Puget Viñas, la sensación cambia. Su obra sigue plasmando momentos de la vida ibicenca, pero esta vez los cuadros nos recuerdan a aquellas fotos en blanco y negro que nos enseñaban nuestros abuelos. Imágenes de campos e iglesias, de mujeres vestidas de época, pero con una increíble explosión de color. Una forma distinta de ver otros tiempos, sin duda.

Quizás el museo no tiene el suficiente tiempo como para que haya sido visto por muchos residentes de la isla, cosa que lamento, porque a mí me encantó, y ni siquiera son mis antepasados. De todas formas, y sin servir como excusa, hay que reconocer que el horario de visita tampoco facilita mucho la labor. Pensaba hacerles un croquis, pero tendrán que conformarse con esto.

Los lunes no abren. El resto de días del año, por la mañana de nueve a una y media. Por la tarde, en verano de cinco a ocho y en invierno, de cuatro a seis. Más información, fotografías y mapa del Museo Puget

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.