Puig d'en Valls

Puig d’en Valls. Ibiza. A la sombra del molino.

Puig d'en Valls

Si atendemos a la distribución del municipio, Puig den Valls pertenece a Santa Eulalia des Riu, al sur del término municipal. Sin embargo, al acercarnos, descubrimos que Puig d’en Valls no es más que una prolongación de la ciudad de Ibiza. A decir verdad, recuerda más a uno de esos pueblos pequeños que un día fueron absorbidos por la gran ciudad, quedando relegados a un barrio residencial bajo la atenta mirada de su símbolo más emblemático, su molino.

Como llegar a Puig d’en Valls.

Resulta curiosa, cuando menos, la distribución de esta pequeña localidad. Situada en la frontera norte de la ciudad de Ibiza, el trazado de las nuevas carreteras de Sant Antoni y Santa Eulalia le han hecho quedar relegada al vértice de una especie de U que forman ambas carreteras. Aún así, la forma más común de llegar se realiza a través del conocido camino viejo de Sant Mateu, justo donde las primeras zonas de cultivo comienzan a hacer acto de presencia.  Una forma rápida de alcanzar esta carretera es tomando la desviación, en la carretera de Sant Antoni, en la que dejamos a nuestra derecha la fábrica de energía eléctrica.  A partir de aquí, cualquier calle que tomemos a la derecha nos llevará, por callejuelas, más que calles, hasta lo alto de una cima.

Que encontraremos en Puig d’en Valls.

Comencemos por lo que más llama la atención. El molino de viento. Restaurado y en funcionamiento, es perfectamente visible desde todo el valle de Ibiza. Como elemento arquitectónico, realmente no tiene precio. Pero sin dudas, su mayor encanto lo encontramos en sus vistas. Al sur toda la bahía de Ibiza queda a sus pies, dejando ver la ciudad alta de Ibiza, el puerto, y a lo lejos, el faro de Marina Botafoch. Al oeste la pequeña sierra que atraviesa Sant Antoni por la localidad de Sant Rafael queda al descubierto. Kilómetros de pinares y montañas más escarpadas tapan la salida al mar por el este. Al norte, la localidad que muere dónde comienzan las plantaciones.

En el interior del pueblo, casitas bajas y mucha tranquilidad, contrastando en apenas unos kilómetros con el ajetreo de Ibiza. La iglesia es bastante moderna, y casi nos ha pasado desapercibida. Junto a ella una plazoleta y un parque infantil. No es que Puig d’en Valls parezca un pueblo, es que es un pueblo.

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